Si la culpa no fue mía entonces no fui yo quien te pedía perdón, y si no era yo quien pedía perdón tampoco es mío ese pantalón manchado en las rodillas. Y si no es mío ese pantalón tampoco es mía la carta que encontré en el bolsillo; esta que ahora sostengo en mi mano. Es extraño, podría jurar que la letra diciendo me voy era la tuya.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario